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Centro Juvenil «Maria Auxiliadora» Gaztetxo Elkartea
SALESIANOS DONOSTIA
Lizardi kalea, 12 (Intxaurrondo auzoa)
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MÁGICA JULIA: Entrevistamos a Julia Möller en una larguísima entrevista repleta de magia.
(DEBIDO A LA EXTENSIÓN DE LA ENTREVISTA Y AL ALTO CONTENIDO DE INTERÉS DE LA MISMA, SE ACONSEJA AL LECTOR/A, NO ABANDONE SU LECTURA, SINO QUE LA DIVIDA EN VARIAS PARTES, EN CASO DE VERSE ABRUMADO POR EL TEXTO)
Fieles a la narración verídica de unos hechos que no pueden pasar desapercibidos, el autor de este escrito, pretende transcribir, sobre el papel, no sólo las preguntas y respuestas de las que fue testigo (y una de las partes principales), sino la peculiar obra de teatro en la que, casi sin darse cuenta, terminó por verse involucrado.
A la hora de realizar una entrevista, nadie espera ser partícipe de un diálogo perfecto, acompañado por orquesta y luz cenital, aplausos y bellos destellos de magia. Y es que, teatro y magia suelen ir de la mano, pero muy pocas veces una actriz es capaz de provocar el mismo hechizo que conquista cada escenario, en una simple confitería de Madrid...
MÁGICA JULIA (Obra de teatro de un solo acto)
(Salón de nueve mesas en una confitería común de la ciudad de Madrid. Todas las mesas se encuentran vacías a excepción de la del extremo izquierdo, en la que podemos encontrar a un joven visiblemente nervioso (al que llamaremos, a partir de ahora: Redteatral), que repasa unas notas escritas sobre varios papeles, y mira continuamente la pantalla de su móvil, como esperando una llamada fatal. Por el hilo musical, casi en un susurro, puede escucharse el famoso Canon de Pachelbel. El ambiente es acogedor y ralla en la intimidad de una habitación cualquiera, en un hotel de lujo. Tras unos segundos, vemos cómo Redteatral se levanta de su mesa y sale del salón en dirección a la barra. Desde la butaca se observa cómo Redteatral ha visto a alguien (aún fuera de escena) que le ha hecho cambiar el gesto; parece aún más nervioso que al principio. Entra en escena una chica pelirroja, de aspecto sencillo y agradable. Nadie diría, al verla, que se trata de Julia Möller, una de nuestras más importantes actrices del momento. Redteatral y Julia, tras un par de besos fugaces, se dirigen a la mesa del extremo izquierdo, y se sientan frente a frente)
REDTEATRAL: (se aprecia cierto nerviosismo, sin duda por la admiración que profesa a la entrevistada) Bueno, pues ya estamos aquí. ¿Qué tal estás?
JULIA: Mejor, ya me he recuperado del constipado (al hablar, el Canon de Pachelbel queda en un segundo plano)
(Entra, por primera vez, un camarero. Julia pide un té y redteatral nada, pues ya tiene, desde el principio de este único acto, una botella de agua mineral sobre la mesa)
REDTEATRAL: Pues si te parece empezamos. No sé si viste que, en el borrador de la entrevista que te mandé, seguía un orden, de acuerdo a tu trayectoria profesional...
JULIA: Claro, no hay problema, como a ti te resulte más cómodo.
REDTEATRAL: Ok, pues... (redteatral toca una serie de teclas de su móvil), ya estamos grabando... así que... ¡Hola!
JULIA: ¡Hola! (y ríe con gracia juvenil)
REDTEATRAL: Siguiendo tu trayectoria profesional, no sé si me he informado muy bien... (tono de falsa modestia), creo que tu primer trabajo importante fue “El jorobado de Notre Dame”, en Berlín...
JULIA: Sí...
REDTEATRAL: “Der Glöckner Von Notre Dame”... (haciéndose el interesante y demostrando que, realmente, algo sí que ha preparado la entrevista)
JULIA: Muy bien, muy bien, ¡sabes alemán y todo! (desmontando al entrevistador con simpatía y elegancia)
REDTEATRAL: (rojo) Bueno, ¿y cómo fue para ti debutar en esta producción?, ¡además de protagonista!
JULIA: No, no... yo entré de coro, entré de coro y de cover de la protagonista. Siempre he sido cover...
REDTEATRAL: ¡Ah!, ¿o sea que no fuiste la Esmeralda principal?
(Por el hilo musical, en este momento, se escucha una melodía trágica, que acompaña el gesto de Redteatral)
JULIA: No, no, yo fui una de las cover, y siempre me gusta puntualizarlo. Primero porque ser cover me parece de lo más digno, y segundo porque me parece un puesto perfecto para empezar en el mundillo.
REDTEATRAL: (con la voz tomada, ante la metedura de pata) ¿Y cómo te sentiste cuando te cogieron en la producción?
JULIA: Pues mira, yo estaba acabando la carrera, que eran tres años, y faltaban pocos meses para terminar, y nada, me llamaron. Yo estaba en la cafetería de la escuela, con todos mis amigos y, de repente, suena el teléfono... imagínate, abrimos botella de champagne, y todo.
(Cambio de luz. La mesa del extremo izquierdo se ilumina con un azul intenso mientras baja la tonalidad brillante del resto del salón. La melodía trágica se va apagando ante la dulce voz de Julia y su eterna sonrisa. Redteatral parece recobrar el ánimo)
REDTEATRAL: Con ese musical tengo una pequeña espina clavada en el corazón. Y es que me parece genial, de un Menken inspiradísimo...
JULIA: Es impresionante...
REDTEATRAL: Por eso, ¿cómo es que no tuvo la repercusión que se merece?
(Mientras Julia habla, la luz se vuelve más tenue, provocando, en el espectador, cierto sentimiento de intimidad y secreto)
JULIA: A mi me llegó, en plan rumor, que a Disney no le convencía... Te explico, ellos tenían tres finales: uno era en el que Esmeralda no se moría, como en la película, el otro no recuerdo ahora cuál era, y en el último, el más fiel al libro, Esmeralda sí que se moría al final de la obra, que es el que se quedó... James Lapine, el director, insistía mucho en el realismo de los personajes, en la lógica de la historia. Parece ser que a Disney no le gustó mucho el resultado final. No sé si fue sólo el final, o quizá, el concepto general de la obra, que era mucho menos Disney de lo que pueda ser “La Bella y la Bestia”, o “El Rey León”, bastante más infantiles. “El jorobado de Notre Dame” era mucho más adulto, en cuanto a percepción de personajes y a la historia en sí...
REDTEATRAL: Pues es una lástima, de verdad...
(Suenan campanas tristes en la distancia. Sin duda, la Iglesia de Nuestra Señora (esta vez del Carmen, que no de París), quiera llorar, también, la marcha de este maravilloso musical)
JULIA: Es una lástima porque, además, tuvo mucho éxito; estuvo tres años en Berlín... (Julia derrama parte de su té, a la hora de echarlo en su vaso, asustada por las terribles campanas. Redteatral y ella ríen abiertamente, apagando, en un momento, el eco del campanario. Vuelve la luz natural al salón)
REDTEATRAL: Bueno, y de ahí, a “El Fantasma de la ópera”, nada más y nada menos que como Christine...
(Julia sonríe con humildad)
REDTEATRAL: Son palabras mayores...
JULIA: La verdad es que sí...
REDTEATRAL: ¿Fue justo después de “El Jorobado de Notre Dame”?
JULIA: No, después del jorobado, hice aquí, en Madrid, “La Bella y la Bestia”
REDTEATRAL: (Enrojeciendo peligrosamente) ¡Hoy no doy ni una! ¿Sabes lo que ha pasado? (intentando justificarse en vano) Que he dejado todas las referencias a “La bella y la bestia” para el final, perdona...
JULIA: (riendo con simpatía) No te preocupes.
REDTEATRAL: O sea que, tras el jorobado estuviste de Bella en el estreno del musical en Madrid...
JULIA: Pues no, yo entré un año más tarde. Cuando se fue Xenia, y buscaron una nueva “Bella”, entré yo...
(Hay un silencio profundo en el salón. No se escucha nada. Si miramos a Redteatral, podemos comprobar cierta fatalidad en su rostro. Sin embargo, a diferencia del principio, también encontramos atisbos de confianza y buen humor, recién llegados a esta entrevista)
REDTEATRAL: Como verás, estoy mal informado...
JULIA: (Haciendo crecer la confianza en redteatral) No te preocupes, si es que la trayectoria es un poco... arriba y abajo...
REDTEATRAL: (cumplidor pero, sobretodo, sincero) Bueno, casi siempre arriba.
JULIA: (con sonrisa ingenua y humilde) No me puedo quejar, la verdad es que no me puedo quejar...
REDTEATRAL: ¿Y cómo fue?
JULIA: Pues yo estaba trabajando en “El jorobado”, de hecho, no había terminado el año aún, y me enteré de la audición... Yo tenía ganas de volver a España y, obviamente, el personaje me encantaba, así que hice la audición por la mañana y por la noche me dijeron que me daban el papel... Fue una cosa muy rápida. Me tuve que mudar a las tres semanas para ponerme a ensayar. Fue una cosa rapidísima.
REDTEATRAL: Y curiosa, a la vez. Pero, volviendo al tema del Fantasma de la ópera, yo cuando fui a verlo, a parte de ser un poco más joven (y tener un poco más de pelo), era bastante más ingenuo... Os veía sobre el escenario y pensaba... ¿cómo será estar ahí?
JULIA: Pues mira, yo, la verdad, es que no me lo tomé de esa manera: para mí no fue el gran musical, no fue el decir: “Dios mío voy a hacer lo que siempre he soñado” porque el fantasma nunca fue uno de mis grandes proyectos, ya que es una partitura mucho más lírica y yo jamás había tirado por ahí, y tuve que prepararme muchísimo. Suerte que tuvimos más de un año de representaciones, así que tuve tiempo de sobra para prepararme... Ahora, el estar “ahí”, en cierto modo, impone. Para mí fue un poco difícil por el hecho de ser alternante; yo hacía dos funciones y Felicidad Farag hacía seis, entonces ensayábamos en paralelo, pero siempre tenía más tiempo de ensayo la otra pareja, por supuesto, porque era la principal, pero es muy difícil mantener un personaje haciéndolo dos veces por semana, porque te sales del ritmo...
REDTEATRAL: Pero algo tendrá ese personaje, porque luego nos sorprendes doblando la película del 2004...
JULIA: Por supuesto, ¡a mi me encanta! ¿Sabes lo que pasa? Que a veces escuchas una cosa y dices: “ni fú ni fá”... Pero cuando tienes la oportunidad de hacerla y, realmente, la haces, entonces todo cambia. La verdad es que sí que me gustaría, ahora, volver a interpretar a Christine... Tal vez aún esté muy próxima la anterior producción, pero ahora me encuentro más preparada para hacerlo. Es un personaje que requiere muchísima madurez, tanto a nivel vocal como personal, porque es muy duro...
REDTEATRAL: O sea, que te pilló muy jovencita...
JULIA: (sonriendo hasta el extremo) Un poquito...
REDTEATRAL: Y, ¿qué es lo que más te gustó de la producción de Madrid? Esas cosas que no vas a olvidar jamás, con lo que realmente te quedas...
JULIA: (cambiando el gesto por el de una seriedad ciertamente ingenua) Uffff... este tipo de preguntas son muy difíciles de contestar...
REDTEATRAL: Cierto, parecen simples, pero no lo son porque, en realidad, son muy amplias...
JULIA: Hombre, la música de Webber es maravillosa, y el personaje de Christine, como carácter, también...
REDTEATRAL: (insistiendo, hasta el punto de resultar incómodo) Pero, ¿no hay alguna escena, algún detalle, que sobresalga por encima de los demás?
(Fundido en negro. Vuelven a escucharse campanas, pero esta vez mucho más lejanas que las anteriores. Poco a poco, su eco se va apagando ante la dulce melodía de una caja de música que lo envuelve todo. Tal vez el sonido provenga de algún recuerdo confuso que ha querido hacerse presente, en esta pequeña representación. La luz de un pequeño candil aparece en escena, dejando adivinar al espectador la silueta del hombre que lo porta, y que va recorriendo las mesas vacías del salón, hasta llegar a la del extremo izquierdo, donde Redteatral y Julia permanecen inmóviles, en la penumbra. El hombre del candil mira, melancólico y por largo tiempo, el rostro de Julia, y, con ademán cortés, deja una rosa sobre la mesa, para desaparecer, al instante, entre una niebla de denso humo que lo cubre todo. Al cabo de pocos segundos, vuelve la luz al salón, donde el espectador puede comprobar que nada queda de este sueño, salvo el recuerdo romántico de haberlo vivido)
JULIA: A ver, la canción del mausoleo es la que más disfrutaba. Me parece un momento muy íntimo, muy pasional, quizá sea el momento en el que Christine, por primera vez, se deja ir, porque ella es una persona que no guarda sus sentimientos, pero los controla muy bien. O tal vez, también, la escena de la ópera de Don Juan Triunfante, “The point of no return”... esa escena me chifla, porque ella está interpretando un personaje que no es ella misma. Entonces yo estoy interpretando un personaje que, a la vez, está interpretando otro personaje, con todo lo interesante que resulta. Hay momentos en el dueto en el que sale la auténtica Christine, confusa, porque no sabe a ciencia cierta quién es su partener, y, entonces, luego, tener que volver a Aminta, que es el personaje que hace Christine.... es un cacao mental muy interesante, sobretodo a nivel interpretativo, que es salir, por un momento, del rollo de niña buena, etc.
REDTEATRAL: ¿Tú actuabas más con Luis Amando o con Juan Carlos Barona?
JULIA: Yo actuaba con los dos, pero, digamos, que mi pareja más estable era Juan Carlos Barona...
REDTEATRAL: (mirando sus papeles y seguro de que, en esta ocasión, no va a meter la pata con los datos...) Y de ahí, de “El fantasma de la ópera”, a, lo que para mi gusto, es lo más de lo más: “Los miserables”, ni más ni menos que en Londres... Por cierto, ahora verás que voy bien cronológicamente...
(Ríen los dos abiertamente, ignorantes, quizá, de que alguien, a su lado, llora amargamente por el amor de Christine)
REDTEATRAL: Te decía que del fantasma, pasaste a “Los miserables”, en Londres, lo que te ha valido el apelativo de: “nuestra artista más internacional”
(Julia sigue riendo, visiblemente sonrojada)
JULIA: Bueno, mira... Sí, eso es algo que se inventaron en la prensa y que me hace mucha gracia...
REDTEATRAL: ¡Pero es verdad!
JULIA: Yo, lo que pasa, es que he tenido la suerte de haber nacido bilingüe, porque mis padres son alemanes y he vivido en España. Y es verdad, bueno, me gustan los idiomas, y he aprendido inglés desde pequeñita, y ojalá pueda traspasar esta costumbre a mis hijos, pero creo que en España hay gente muy buena para salir a actuar a otros países.
REDTEATRAL: Ya, bueno, pero para actuar en Londres, no solo basta con saber inglés...
JULIA: No, está claro... pero lo que quiero decir es que, que yo haya salido, no significa que sea la única que pueda hacerlo. Para mi fue algo muy importante, claro, porque Londres... ¡bufff! Es la ciudad idealizada para todos los que amamos los musicales...
(El salón comienza a llenarse de una niebla apenas perceptible que, poco a poco, se va volviendo más y más densa)
REDTEATRAL: ¿Es otro ambiente teatral? ¿Otra cultura muy diferente a la nuestra?
JULIA: Sí, es otro mundo y otro ambiente en el sentido de que, aquí, por ejemplo, tenemos actores de ópera, de zarzuela, bailarines, etc. Allí, en cambio, el noventa y nueve por ciento de la gente que está en musicales, son gente de musicales, que ha estudiado y se ha preparado, exclusivamente, para este tipo de teatro, como yo, en una escuela especializada. Entonces, la cultura que hay es mucho mayor, porque conocen todo lo que existe en el mundo de los musicales. Aquí seguimos con miserables, fantasma, Miss Saigon... y en cuanto alguien te dice, por ejemplo, “Avenue Q”, te responden: “¡Uy!, ¿y eso que es?” Allí, cada dos metros te encuentras un teatro que, además, está siempre lleno... Nos llevan mucha ventaja...
REDTEATRAL: No sé si estarás de acuerdo conmigo, pero creo que aquí faltan escuelas de teatro musical...
JULIA: Sí, totalmente. Pero bueno, se está empezando, es un proceso que ya está en marcha... Ya hay algunas escuelas de teatro musical, lo que pasa es que no están homologadas, como pueda estarlo la Resad. Pero yo creo que llegará, llegará el momento en que haya un sitio, o incluso la misma Resad, en la que exista una rama de interpretación dirigida, únicamente, al teatro musical. Lo habrá, seguro, porque la gente lo está pidiendo.
REDTEATRAL: Aquí ha habido escuelas como “Memory”...
JULIA: Sí, yo estuve en “Memory”, tengo el honor de haber estado en su primer año en Barcelona. “Memory” creo que era un proyecto muy bueno, un poco experimental. Para mi, personalmente, fue muy buena experiencia. Pero solo eran tres horas diarias, y eso es insuficiente. “Memory” era un complemento buenísimo, o una preparación para unos estudios más importantes, como una carrera. Así me lo tomé yo, y luego me fui a Alemania, donde el horario era de diez de la mañana hasta las seis o las ocho de la tarde, todos los días, de Lunes a Viernes, como una carrera.
REDTEATRAL: Esta profesión debe ser un continuo aprendizaje...
JULIA: Totalmente, además es muy peligroso porque podemos caer en la rutina de ocho funciones a la semana, todos los días lo mismo... Entonces necesitas nuevas cosas, nuevas visiones para poder meterlas en tus personajes, y que todo se vaya haciendo nuevo.
REDTEATRAL: Por cierto... no sé si escucharás la música que está sonando.
(Silencio entre los dos mientras se escucha la hermosa partitura de “One Day More” de “Les Miserables”)
JULIA: (Sonriendo incrédula) Ay...
REDTEATRAL: Esto sí que es una pura casualidad...
JULIA: (Cada vez más sorprendida) ¿Si?, ¡qué fuerte!
REDTEATRAL: Esto no me ha pasado en la vida...
JULIA: ¡A mi tampoco! ¡Esto sí que es anécdota!
(Ríen los dos con fuerza. La iluminación pasa a un crisol de rojo y negro, y la niebla se disipa hacia el fondo, haciendo el efecto del humo posterior a la batalla, que queda flotando en el ambiente. Unas extrañas sombras se mueven, a cámara lenta, por entre las mesas del salón, portando rifles y banderas. La melodía de “One day more” crece en intensidad)
REDTEATRAL: Vamos a hacer caso a la música... Llegas a Londres, y te metes en “Los miserables” que, como habrás podido comprobar, para mi es lo máximo, en cuanto a musicales...
JULIA: Lo comparto, lo comparto...
REDTEATRAL: ¿También te parece el mejor musical de todos?
JULIA: La verdad es que nunca se puede decir: “el mejor musical”, porque hay muchos buenos, pero es cierto que “Los miserables” es uno de los que están en los primeros puestos, casi fuera de categoría.
REDTEATRAL: Lógicamente, cuando llegas a Londres, ya conocías la obra...
JULIA: Sí, bueno, cuando la vi en Alemania, confieso que casi me dormí... (Risa nerviosa y ligero sonrojo) No sé si es que pillé un mal día para verla, pero el segundo acto, se me hizo pesadísimo. Pero cuando la vi por segunda vez en Londres... bueno, es que no pude parar de llorar, es que me emocione tanto... Eso fue antes de saber que había audiciones...
REDTEATRAL: ¿Pero fue en el mismo momento?
JULIA: Yo me fui con unos amigos a Londres, cinco días, en plan... “musical por día”, para verlos y empaparnos de lo que se hacía allí, como suelen hacer los amantes de los musicales. Y nada, me enteré de que buscaban a Cosette y fui a hacer las audiciones...
REDTEATRAL: ¿Fue durante esos cinco días?
JULIA: Sí, sí... yo hice las audiciones para Cosette en mis vacaciones en Londres.
REDTEATRAL: ¡O sea que eso fue llegar allí y besar el santo!
JULIA: Sí, igual me tiré a la piscina. Mi amiga me decía: “no lo hagas, tía, que no te ha dado tiempo a prepararlo...” Pero la verdad es que si no lo hacía, tal vez no iba a poder tener ocasión de volver a hacerlo, así que me presenté y, bueno, esta vez me salió bien.
REDTEATRAL: Bueno, y después de lo que me has contado... Cuando te dicen que sí, que estás dentro... ¿qué se siente, en realidad? O sea, ¿fuiste consciente de que estabas dentro de una “leyenda viva”?
JULIA: En la vida hay momentos que son tan bestias que no los puedes registrar... Y es que me ha pasado muchas veces ya. Cuando entré en “el jorobado” fue igual, yo entré, no porque hubiera cambio de elenco, sino porque buscaban a una chica que se iba, y ahí que fui yo, pero no porque pensara que me fueran a coger, sino, más que nada, por tener experiencia en audiciones, ¡y fíjate! Con la bella fue lo mismo: empiezas en tres semanas, cámbiate de país, etc... Entonces, esto de Londres fue como: “¿Otra vez?” (Risas) No sé, mi vida siempre ha sido así...
REDTEATRAL: ¿Cuánto tiempo tuviste para preparar el papel?
JULIA: Tres semanas...
REDTEATRAL: ¿Y cómo se prepara en tres semanas a Cosette?
JULIA: Hombre, Cosette, en realidad, es un personaje muy pequeño...
(Las sombras hacen mutis por el lateral derecho, mientras que, por el izquierdo, una verja herrumbrosa, con enredaderas, entra en escena, quedando en el proscenio, y dejando a Redteatral y a Julia tras la misma. Bajan árboles del techo que simulan un pequeño jardín. Extrañamente, cantan los pájaros)
REDTEATRAL: (Continuando, mientras tanto, con su parte del diálogo) Bueno, Cosette puede no resultar demasiado complejo, pero la responsabilidad es mucha, formas parte de una obra legendaria...
JULIA: Sí, eso sí, la responsabilidad siempre es mucha. Y sobretodo el acento, para mí fue lo que más me costó. De todos modos, no me gusta pensar que la responsabilidad, por estar en Londres, es mayor que en otros sitios. (Con modestia sincera) Además, yo no he hecho historia en Londres, porque por allí han pasado cincuenta mil Cosettes...
REDTEATRAL: Y una de ellas eres tú....
JULIA: Mira, yo creo que si me pongo a pensar en todo esto el día de mi primera actuación allí, directamente no salgo, porque me entrarían tantos nervios que no podría. Yo pienso en el personaje, en la obra en sí, en ese momento... En lo que tengo que hacer, en lo que quiero hacer, y hacerlo lo mejor posible...
REDTEATRAL: Y una vez que ha pasado el tiempo, ¿te has parado a pensar en todo lo que supuso, para ti, tu paso por Londres?
JULIA: Hombre, claro... Ahora lo pienso y digo: “¡Qué guay fue todo!”, además veo la respuesta que ha tenido aquí, y para mí significa mucho.
REDTEATRAL: Tengo un amigo que dice de ti que “lo has hecho todo”: “El fantasma de la ópera”, “La bella y la bestia”, “Los miserables”, “Mar y cielo”... La verdad es que venía un poco asustado a hacerte la entrevista.
JULIA: (riéndose abiertamente y con cara de sorpresa) ¡Espero que no!
REDTEATRAL: (Bromeando) No, de momento estoy venciendo al miedo... Volviendo a lo que hablábamos, estar en Londres, te lleva a actuar junto a gente como Michael Ball, o, incluso, delante de la Reina de Inglaterra... ¿de verdad que no eres consciente de todo lo que has hecho?
JULIA: De verdad que, en esos momentos, no lo eres. Además, el tema de la Reina de Inglaterra nos tenía a todos revolucionados, como para andar pensando... (risas). Todo el día protocolo, nos enseñaban hasta qué grado de reverencia teníamos que hacer, cómo hablarla... un protocolo impresionante... Pero yo estaba más por la labor de cantar lo que tenía que cantar...
REDTEATRAL: ¿Y qué es lo que cantaste?
JULIA: Yo cantaba un trozo de la canción de Cosette, “Rue Plumet”, y luego pasábamos con “A hart full of love” para terminar con la canción del final del primer acto, “One day more”, en un mini-concierto de unos cuarenta minutos. (Con mucha bis cómica) De hecho recuerdo una anécdota muy graciosa y es que a nosotros nos dijeron, por protocolo, que, una vez termináramos, no nos marcháramos del escenario hasta que la Reina se levantara y se fuese. Y cuando terminó el recital, nos quedamos todos de pie, en el escenario, esperando que la reina se marchara, pero, ¡oye!, que no se iba. Y nosotros allí quietos, mirándonos de soslayo, nerviosos, hasta que, al cabo de unos minutos, se marchó.
REDTEATRAL: ¿Cómo podías definir “Los miserables” en pocas palabras?
JULIA: ¿En pocas palabras? (silencio encantador, roto, tan solo, por un susurro) Emocionante, porque creo que hay muchísimas escenas que te llevan a sentir emociones muy fuertes y muy profundas... Sincero, por lo mismo, por lo que te hace sentir de ti mismo y... “perfecto”, es que..., no sé, es perfecto totalmente, es que no hay por dónde quitarle cosas. A mi me gusta mucho porque, escenográficamente, no es impresionante, salvo las barricadas, que sí que lo son... pero no es todo el rato “cae la lámpara”, baja un fondo visualmente increíble... no, miserables es un fondo negro y un giratorio en un escenario vacío en el que vas metiendo sillas y mesas y es que ¡no hay más!
(Súbitamente, los árboles y la verja salen de escena; incluso el resto de mesas y sillas del salón desaparecen de la vista del público, quedando, tan sólo, la mesa del extremo izquierdo, donde están situados Redteatral y Julia, que poco a poco, se va moviendo hacia el centro del salón, donde, finalmente, queda ubicada, con nuestros protagonistas. Una sola luz cenital, sobre ellos, permanece encendida)
REDTEATRAL: Cierto es que no hay más, y no lo necesita....
JULIA: Efectivamente, porque se centra mucho en contar la historia, en lo que está pasando sobre el escenario. Eso en los ensayos nos lo repetían una y otra vez, nos hablaban mucho de la sinceridad, de que, hagas el papel que hagas, tienes que buscarte tu historia, el por qué estás ahí, el por qué eres como eres... Debería ser así en todas las obras de teatro.
REDTEATRAL: Fue, como veo, una grandísima experiencia...
JULIA: Fue genial, y a nivel de currículum ya ni te cuento. Pero, ¿sabes qué pasa?, que justo al volver a España, tuve la grandísima suerte de participar en “Mar y cielo”, cosa que ha pasado muy desapercibida...
REDTEATRAL: Esa es una muy buena pregunta. ¿Por qué crees que ha pasado tan desapercibida?
JULIA: (con un brillo especial en los ojos) Es difícil de explicar... Es... como cuando te gusta una persona, no sé por qué me gusta pero es así, no hay un motivo real, no es racional... Lo que ocurrió con “Mar y cielo”, simplemente, es así... no es racional, y el público, por lo que sea, no terminó de conectar con ella. Y luego, además, la empresa tuvo muchos problemas para abrirse paso en Madrid, se necesitaba mucho presupuesto para hacer una buena publicidad. Lo comentaban ellos mismos, que costaba el triple que en Barcelona hacer, aquí, una campaña de publicidad...
REDTEATRAL: Fue una lástima porque, tanto crítica como público coincidían en que fue uno de los mejores montajes de la temporada.
JULIA: Sí, además, yo lo que te iba a decir de “Los miserables”, que, además, me hace mucha gracia, porque, generalmente, todo el mundo se inclina por lo mismo, es que, realmente, a nivel superficial, sí, es una pasada estar en Londres, el currículum queda muy bien pero, realmente, “Mar y cielo” a mi me ha cambiado la vida.
(Silencio entre los dos. Redteatral hace un gesto de sorpresa muy cómico)
REDTEATRAL: (Teatralmente) ¡Cuéntanos, por Dios!
(Julia estalla en una sonora carcajada)
JULIA: No, pues porque ha sido una manera muy diferente de trabajar, los ensayos fueron super-enriquecedores, es de esas experiencias que te llenan tanto, que te da igual si va bien, si va mal, si gusta o no gusta. ¡Ufff!, estaba tan feliz... salía al escenario tan llena, cada noche... Yo siempre comparo el teatro con el amor, con la pareja, pues esta obra de teatro es como el amor de tu vida, ese que dices: “¡Uffff!”. Aprendí muchísimo. Me hace mucha gracia la gente que me ve de Bella y me dice: “¡Cómo has cambiado la voz!, ¡has aprendido muchísimo!”, y lo achacan a mi paso por Londres. ¡Y claro que aprendí en Londres!, pero sobretodo, aprendí muchísimo en una compañía como Dagoll Dagom...
(Un coro ininteligible de voces comienza a escucharse a través del hilo musical. Al principio, solo es un rumor confuso que, poco a poco, va adquiriendo consistencia, revelándose como el “Himno de los piratas”)
REDTEATRAL: (Cumplidor) Bueno, a mí ya me parecía que cantabas genial en tu primera Bella.
JULIA: (Sonriendo) Muchas gracias. Pero uno evoluciona. (Poco a poco, y de manera mágica, un pequeño fulgor, a la altura del pecho de Julia, comienza a apreciarse, hasta terminar brillando más que la luz cenital) Y yo sí que sentía, en la escuela, que pasaba desapercibida, y que había algo dentro de mi que necesitaba sacar, pero que no podía hacerlo sola. Y en “Mar y Cielo”, Lluis Bozzo y Anna Ullibarri, como director y ayudante de dirección, fueron los que consiguieron sacar esa parte de mí.
REDTEATRAL: O sea, que si te pregunto por cómo fue el proceso de adaptación a una compañía ya hecha como Dagoll Dagom, supongo que todo serán elogios...
JULIA: Bueno, es que no era una compañía ya hecha, solo vinieron la mitad de Barcelona...
REDTEATRAL: (Contrariado) De nuevo, como verás, vuelvo a mostrarte mi desinformación....
JULIA: ¡No, hombre!, son detalles muy pequeños, no tienes por qué saberlos todos.
REDTEATRAL: (Intentando cambiar el rumbo) ¿Dónde reina la excelencia: Webber, Menken, Guinovart...?
JULIA: En los tres... (tras un silencio) Pero se te han olvidado Schönberg, Sondheim... (Risa sonora)
REDTEATRAL: Y todos los que vengan....
JULIA: ¡Hombre!, eso espero, que vengan muchos más...
(El ambiente del salón vuelve a su normalidad. Entran el resto de sillas y mesas vacías, y Redteatral y Julia, ya sin el brillo de su interior, vuelven al extremo izquierdo del escenario. Por el hilo musical se escuchan bandas sonoras de viejas películas)
REDTEATRAL: Bueno, “La bella y la bestia”, de nuevo este montaje... ¿qué le dirías a toda la gente que ya vio la anterior producción para que vengan a ver esta?
JULIA: (Muy segura de sus palabras) Pues le diría que si le ha gustado la antigua, que venga a repetir, porque esta versión tiene la misma magia, pero es más sincera. Le va a llegar más al corazón. La magia, en el anterior montaje residía más en el tema de: “¡Oh!, la transformación de la bestia... ¡oh!, mira el carrito de Chip...” y esta versión sigue teniendo magia a nivel escenográfico, un poquito menos, sí es verdad, pero tiene algo que no tenía la otra: los personajes son muy reales, la historia se centra más en las personas... La historia sigue siendo Disney, pero no es tan Disney... A mi me encanta porque, por ejemplo, Bella, no es la típica chica que vive en un pueblo y está soñando con su príncipe azul... ¡No! Aquí, Bella es una mujer, una chica, muy joven que vive en un pueblo y que se siente rechazada por los demás, que quiere algo más, y que sueña con conseguir algo más, como podemos hacerlo todos, cuando soñamos con un amor, con un puesto de trabajo, con lo que cada uno quiera... Esta versión está centrada en el tema real de cada personaje, haciéndolos un poco más humanos.
REDTEATRAL: Sí, tal vez la anterior versión, mucho más fastuosa, fuera más parecida a un circo, en algunas ocasiones, pero esta es mucho más humilde en ese sentido, mucho más teatral, llega al público de un modo diferente...
JULIA: Exacto, y creo que el público se siente mucho más identificado con los personajes.
REDTEATRAL: Y volver al papel de Bella, ¿te retrotrae a tu juventud o lo afrontas con la experiencia adquirida estos años?
JULIA: Es muy fuerte, porque, cuando acepté el personaje, había una parte de mi que decía: “¿otra vez?” Pero es que, en realidad, es como hacer otra obra de teatro y otro papel. No me ha ocurrido ni una sola vez, sobre el escenario, que me hayan venido flashes de la antigua producción, ¡ni una sola vez! Para mi es una obra nueva. Lo único es que tenía un caco mental con las letras... porque, claro, tenía las otras letras metidas en la cabeza y cuesta un poco volver a cambiarlas.
REDTEATRAL: Por cierto, ¿a qué es debido el cambio de letras?
JULIA: No lo sé, no lo sé con seguridad.
REDTEATRAL: ¿Problemas de derechos?
JULIA: Puede ser, pero ya te digo que no lo sé, yo creo que va más por ahí, por el problema de derechos, que por un intento de mejorarlas o... pero ya te digo que no lo sé.
REDTEATRAL: ¿Nunca te has confundido de letra?
JULIA: (Gesticulando mucho) ¡Uhh!, ¡vamos!, ¡claro que sí! ¡Inventarme la mitad de las cosas! (Risas) En los ensayos, claro, venía la letrista nueva y decía: “¿Pero por qué no están cantando mi letra?” y le decían: “no, es que se están confundiendo los pobres...” Pablo Puyol, que también estuvo en la anterior producción, y yo, teníamos un cacao mental muy importante... Pero a parte de esto, yo he sentido, en todo momento, que estoy haciendo un papel totalmente nuevo.
(Entra en escena un camarero. Julia pide una botella de agua del tiempo)
REDTEATRAL: (Siguiendo con la entrevista) El equipo actual del montaje, casi todos coincidimos en que es fantástico, ¿crees que ahí radica el secreto del éxito?
JULIA: ¿El secreto? Es que el secreto nunca se sabe cuál es, porque entonces no sería secreto (Risas) Yo creo que es una combinación de muchas cosas, y es necesario que todo encaje; yo creo que hacer un musical es como hacer un puzzle que tiene muchas piezas y que hay que encajar. Obviamente, el excelente equipo que hay allí metido es parte importante del puzzle.
(De nuevo, entra en escena el camarero, con la botella de agua de Julia. La deja y se marcha, rápidamente, conocedor de que su papel, en esta obra, es meramente plano, pues carece de peso y de parlamento)
REDTEATRAL: (Con cierto protagonismo) Yo nunca me creí la leyenda con la que estrenasteis de “seis únicos meses improrrogables”...
JULIA: Pues créetela, porque era así. En principio, ninguno pensábamos que íbamos a prorrogar indefinidamente, como estamos ahora.
REDTEATRAL: Porque seguís llenando todos los días...
JULIA: Bueno, todos los días... El sábado pasado tuvimos el cien por cien de las butacas vendidas. No había ni un solo hueco, ni arriba del todo. Sin embargo, ayer, por ejemplo, que hubo fútbol, estaba el teatro medio vacío...
REDTEATRAL: Eso es algo que nunca entenderé.
JULIA: No, ni yo tampoco.
(Los dos ríen con cierta confidencialidad)
REDTEATRAL: El ambiente entre vosotros, se nota que es muy bueno. Sois personas que estáis contando una historia pero, precisamente por eso, por que sois personas, también transmitís una serie de emociones, sin ir más lejos, vuestra energía, vuestra alegría. Se os nota contentos sobre el escenario.
(Por el hilo musical, se escucha la banda sonora de “El golpe”)
JULIA: Sí, además desde el primer día. (Con un brillo mágico en los ojos) Mira, el primer día de ensayo, tuvimos ahí un tiempo libre de una media hora, y se nos ocurrió ponernos a cantar, uno a uno, las canciones de la obra. Bueno, eso fue mágico... ¡impresionante! Mira que había un pianito, y todos sin sabernos las letras, con la partitura delante... Y todos nos acordamos mucho de ese día, porque, desde ese momento, hicimos piña. La verdad es que desde ese día, todo ha ido sobre ruedas.
REDTEATRAL: Supongo que todo ayuda al éxito del montaje, el saber que tienes a un grupo de gente a tu lado, que está al cien por cien, involucrado en el proyecto, el ver que el público responde y que no sales al escenario a ver butacas vacías... Cosa que, por otro lado, te habrá ocurrido en alguna ocasión.
(El hilo musical, de repente, se corta)
JULIA: (Con gesto melancólico) Sí, claro, y se siente mucha tristeza. Es difícil, muy difícil. Es como cuando tú estás atendiendo al público y te toca alguien que es... entonces tienes que controlarte y hacer tu trabajo, porque es lo que tienes que hacer. Cuando hay poca gente, suele haber menos respuesta, y puedes llegar al pensamiento de que lo estás haciendo mal, porque no se ríen o no aplauden cuando tú esperas, y no, no, es que es así. La energía que fluye del escenario al público, por lo que sea, es cada día diferente. Ahí también reside parte del secreto de la magia. Cuando hay poco público tienes que hacerlo igual, y hacerlo para ti, sin esperar la respuesta; a veces es difícil, pero nadie dijo que esta profesión fuera fácil.
REDTEATRAL: Bueno, de momento, no tenéis esos problemas en “La bella y la bestia”, y supongo que, cuando salgáis de gira, seguiréis llenando los teatros. Por cierto, ¿tú saldrás de gira con este montaje?
JULIA: ¡Uy!, no lo sé, queda mucho tiempo aún para eso y de momento es pronto para saberlo. Supongo que cuando llegue el instante preciso, será la hora de tomar la decisión.
REDTEATRAL: Y, hablando de magia, ya que me has dicho que “La bella y la bestia” tiene magia... ¿tú crees en la magia? Pero no me refiero a la magia común, sino a ese sentimiento que te hace volar, sin tener alas, a creer, sin saber exactamente en qué.
JULIA: Sí, rotundamente. Si no creyera, no me dedicaría al teatro. Además, me encanta cómo has hecho esa pregunta.
REDTEATRAL: (Con sonrisa nerviosa) Muchas gracias.
(Cae, de nuevo, la luz, hasta lograr la sutileza de la luz nocturna, crepuscular, y azulada, que se centra en la mesa del extremo izquierdo. Desde este momento, la voz de Julia reverbera con el dulce eco de sus palabras)
JULIA: Si no tienes ese sentimiento, es inútil dedicarte a esto.
REDTEATRAL: O sea, que el teatro musical es el medio que utilizas para que te crezcan las alas....
JULIA: No solo el teatro musical, sino el arte en sí. Cada uno lo expresa como mejor entiende: actuando, bailando, pintando, componiendo...
REDTEATRAL: O escribiendo...
JULIA: O escribiendo, por supuesto.
REDTEATRAL: Y, con esas alas mágicas... ¿hasta dónde quieres volar?
JULIA: Yo lo que quiero es tener diversidad. Lo que quiero es hacer cosas distintas, personajes distintos, no estar haciendo siempre teatro musical. Quiero hacer cine, quiero hacer televisión, teatro de texto...
(Cada una de sus palabras roza suavemente al futuro, que ha venido a hacerse presente en la escena. El eco de la voz de Julia se mezcla con la dulce melodía de una canción, aún no conocida)
REDTEATRAL: Ya has hecho televisión...
JULIA: Sí, salí en “Compañeros”, “Aída”, “Un paso adelante”...
REDTEATRAL: O sea que quieres volar hacia la diversidad, hacia un mundo sin límites...
JULIA: (Con mucha simpatía, y entre risas) Si estuviese aquí mi madre, se echaría a llorar.
REDTEATRAL: Es un tema bonito, la verdad, y siempre salen palabras grandilocuentes cuando se habla de vuelo...
JULIA: Mira, yo lo de la magia... es lo más importante. Para mi es esencial. Yo empecé a estudiar esto porque a los doce años fui a ver un musical de Webber: “Starlight Express”, y si tú lo ves por encima, es lo más superficial que te puedas echar a la cara. Pero tiene un mensaje que es el que yo cogí, sin darme cuenta, y es el de que si crees en ti mismo, puedes hacer lo que quieras, puedes llegar a ser lo que quieras. Entonces, a mí me inspiró muchísimo esto. Yo me sigo poniendo la música y me inspira un montón, y me devuelve a ese estado de cuando era niña, que no se me podía ni hablar, porque estaba impactada por lo que acababa de ver, y que tanta fuerza y energía me dio para hacer lo que me di cuenta que tenía que hacer, que era bailar y cantar. Entonces, esa magia, para mi es muy importante, sentirla en el escenario y hacerla sentir a alguien que, por ejemplo, te manda un mail diciéndote que ahora ya sabe a qué quiere dedicar su vida, después de verte a ti en el escenario... es una pasada. Y lo valoro muchísimo, porque yo sé lo que es.
REDTEATRAL: En el fondo, eres una “fabricanta” de sueños...
JULIA: (Emocionada) Ojalá, ojalá, porque es lo más hermoso que puedes hacer. Hacer volar a alguien desde el escenario, o provocar un cambio en la gente. Creo que es el objetivo principal.
REDTEATRAL: Y tú, ¿eres consciente de la responsabilidad que supone subirte a un escenario? No ya, para contar una historia, sino por ese poder de provocar cambios, de hacer crecer las alas en el espectador, de hacer, en definitiva, magia...
(El salón se llena, entonces, de aplausos y vítores diferentes, que se superponen unos a otros, hasta desaparecer, engullidos por la melodía de las palabras de Julia)
JULIA: Sí, soy consciente, y me obligo a hacerlo. El poder que tenemos es bonito, no es un poder para controlar, sino para inspirar. Yo me doy cuenta de eso por la reacción de la gente. Por ejemplo, el otro día vino un chico que me dijo que, después de ver “La bella y la bestia”, le pidió la mano a su pareja, porque le habíamos inspirado tanto que le salió así, del corazón. Y bueno, aparte que a los niños... lo que les ves a los niños en la cara es pura magia.
REDTEATRAL: Víctor Hugo decía que “Lo bello vale tanto como lo útil... tal vez más”. La repercusión que provocáis con vuestra magia, desde el escenario, a lo mejor no está tan valorada por la sociedad porque, a simple vista, no es tan productiva...
JULIA: (A lo largo de su parlamento, se oyen gritos, golpes, voces aterrorizadas, ruidos de máquinas, explosiones... Diez sombras entran en escena, golpeándose y abriéndose paso entre las mesas. La luz oscilante de una sirena tiñe de rojo el salón. Es un momento de caos que, sin embargo, parece no afectar a la mesa del extremo izquierdo) Mira, eso me lo planteo yo muchas veces. Sobretodo cuando ves la actualidad, con tanta guerra, tanta violencia, con tanta miseria por todos lados... Y dices, ¿cómo me atrevo yo a subirme a un escenario y ponerme a cantar? ¿A quién le sirve esto? ¿A quién le interesa? Pero después pienso que no, que el arte es importante, que tengo que estar ahí, porque el arte inspira a la gente, provoca cambios, es el motor que la gente necesita. (Su última frase consume el griterío y el ruido de la sala. Las sombras desaparecen; la luz vuelve a su tibieza nocturna y crepuscular. Se hace la calma. Poco a poco, se escucha, por el hilo musical, la versión instrumental de “Un cambio en mí”)
REDTEATRAL: Pero, el arte que inspira a la gente, el motor que todos necesitamos, ¿lo siente todo el público que va a ver “La bella y la bestia”?
JULIA: Bueno, hay dos maneras de ver un espectáculo. Uno es el “voy a pasar un rato divertido, y qué bonito es todo, y me voy a olvidar un poco de todos mis problemas”, que me parece perfecto y el otro es el que va y le mueve algo por dentro, y sale del espectáculo cambiado.
REDTEATRAL: “Un cambio en mí”...
JULIA: Sí, es que es así: “un cambio en mí”. Eso es lo importante, que a alguien le llegue. No puede llegarle a todo el mundo, porque es imposible. A lo mejor a una persona no le inspira “La bella y la bestia”, pero sí que le inspira el Ballet de Víctor Ullate, por ejemplo.
REDTEATRAL: Pero lo importante es que haya “focos de inspiración”.
JULIA: Exactamente, que en la capital haya determinados puntos que puedan servir de inspiración a la sociedad... y yo me doy cuenta, sobretodo, de esa responsabilidad de la que hablábamos, cuando soy espectadora. Es muy importante ser espectador de vez en cuando, porque corremos el riesgo de olvidar estas cosas, ya que siempre estamos aquí arriba, y el punto de vista cambia; te olvidas, poco a poco, de cómo llega tu trabajo al otro lado. Y cuando eres espectador es cuando te das cuenta, realmente, del cambio que puedes provocar con tu trabajo, porque lo sientes gracias a otros.
REDTEATRAL: Y hablando de cambios... tengo que preguntarte por “Un cambio en mí”, el nuevo tema del musical. ¿Qué nos puedes decir de él?
JULIA: (Sonriendo enormemente) Pues que estoy encantada. Es maravilloso. Obviamente, para mi, es un gran honor poder haberlo cantado y grabado por primera vez en Español. Para mi es un auténtico “bombón”.
REDTEATRAL: Además, no sólo es la canción, sino la escena. Es muy importante ese momento, porque es cuando Bella le dice a Maurice: “Papá, me he hecho mayor”.
JULIA: Sí... mira, me ha gustado mucho cómo lo has dicho, porque es, exactamente, eso. Yo no lo veo solo como un “papá, me he enamorado”. Muchas veces lo comparo con las típicas conversaciones de: “me voy a ir de casa, a vivir con un chico”, cuando se lo cuentas a tus padres, que te están escuchando y viendo cómo, realmente, te has hecho mayor, tomas tus propias decisiones, sinceras y sentidas. Es un poco esa sensación, de dar un paso, de pasar de la adolescencia a la madurez.
REDTEATRAL: Yo es que soy muy exagerado, pero le diría a toda la gente que vio la anterior producción de “La bella y la bestia”, que sólo por esta escena y esta canción, merece la pena volver a ver la nueva versión.
JULIA: (riéndose) ¡Jolín!, ¡qué presión!
REDTEATRAL: (Tras sonreír largamente) Hablando de cambios, y teniendo en cuenta todos los personajes que ya has interpretado... supongo que todos provocan una “movere” en ti, un cambio que permanece... ¿Con cuál te sientes más identificada?
JULIA: Es que... yo casi lo diría al revés. Mira, para mí, hacer un personaje es sacar cajoncitos de mí misma. Imagínate un mueble antiguo con mucho cajones de especias, de “saco un poco de aquí y otro poco de allá”, dependiendo de la comida que vas a preparar. Yo creo que todos tenemos un poco de todo. Entonces, para un personaje saco un poco de una cosa, y para otro, saco otro cajón diferente. Voy combinando las especias, pero siempre forman parte de mí. Entonces, con esta mezcla de especias, vas cocinando al personaje hasta que deja de ser yo, y se convierte en alguien con vida propia. No sé si me explico...
REDTEATRAL: (Halagador y exageradamente interesado en sus palabras) Sí, sí, además es una metáfora perfecta...
JULIA: Todos los personajes tienen cosas mías, pero ninguno es como yo, no soy yo.
REDTEATRAL: Tú eres otra mezcla de especias, más original.
(Julia ríe)
REDTEATRAL: Sin embargo, he oído que no tienes mucho de princesa Disney...
JULIA: Hombre, a ver... yo es que soy un poco radical a la hora de expresarme. (Julia sonríe y mira con dureza a Redteatral, bromeando) Yo, de pequeña, todo esto de las princesas siempre lo he odiado, siempre que había que disfrazarse, mis amigas iban de princesas y yo de payaso o de otra cosa (risas). Siempre he sido un poco contraria... Pero el tema de haber interpretado a muchas princesas me ha llevado a hacer, de cada personaje, una persona de verdad, porque eso es lo que son, no son “princesa tipo”, sino personas. Además, a mi me gusta sacar virtudes y defectos de cada personaje.
REDTEATRAL: ¿Y cuáles son los defectos de la Bella?
JULIA: ¿Los de Bella? ¡Es una sabelotodo! Y es una testaruda... y es, también, muy orgullosa.
REDTEATRAL: ¡Pobre Bestia!, ¡cómo le trata!
JULIA: ¡Bueno!, estos van a tener unas discusiones en casa que... (Risas)
REDTEATRAL: Bueno, no sabemos... si es un final Disney seguro que no se pelean...
JULIA: Sí, sí... la segunda parte está por venir... (Risas más exageradas)
REDTEATRAL: Ordinas cede seguro.
JULIA: No sé yo, que tiene su carácter también, ¿eh? (Los dos ríen)
(Durante las risas, el eco de la voz de Julia desaparece. El fondo de la escena se ilumina con pequeños puntos brillantes, similares a estrellas, que permanecerán así hasta el final de la obra. Julia, sin prestar atención al cambio de iluminación, continua hablando)
JULIA: La verdad es que no sé decirte con cuál me siento más identificada. En la Bella, por ejemplo, me siento identificada, un poco, también, con sus defectos, que yo también tengo mi parte de “sabelotodo” y testaruda... Pero sobretodo, con su ingenuidad, y esas ganas que tiene de dejarse sorprender por todo, de energía positiva... esa también soy muy yo.
REDTEATRAL: (Como un académico) También Bella aprende... No es el mismo personaje en el primer acto que en el segundo.
JULIA: Se da cuenta de que el sueño que tenía, no le gusta ya... Ella buscaba su príncipe azul y se da cuenta de que se ha enamorado de uno que es totalmente contrario a su sueño, o más bien que ése era su sueño, durante toda su vida, sin haberlo sabido a ciencia cierta. Me gusta mucho una frase de “Un cambio en mí” que dice: “lo siento tan real, lo sé dentro de mí”, porque todos en la vida hemos tenido momentos de decir: “es que... ¡lo sé!, porque... ¡lo siento!” Entonces, sentir eso en cuanto a una persona, un trabajo, una situación... es lo más importante en la vida, al menos para mí.
REDTEATRAL: Ser auténtica, ¿verdad?
JULIA: Exactamente, ser auténtica y dedicarte, por entero, a lo que quieres y sientes.
REDTEATRAL: ¿Y qué le recomendarías a toda esa gente que siente que tiene que dedicarse al teatro de manera profesional?
JULIA: Que trabajen, que trabajen y que trabajen... Es fundamental trabajar mucho. Hay que tener suerte, también, pero lo fundamental es el trabajo. Muchas veces te llega la oportunidad, y siempre termina por llegar, pero si no estás preparado... Así que es primordial trabajar, trabajar y trabajar.
REDTEATRAL: ¿Y no hay que venirse abajo?
JULIA: Sí, ¡también! Hay que venirse abajo, de vez en cuando, porque eso te permite, después, darte cuenta de que tienes fuerzas para seguir adelante. Todos nos venimos abajo, en todos los ámbitos laborales, no solo en el teatro. Lo que pasa es que este trabajo es muy duro. Mira, yo antes de la Bella, estuve ocho meses en paro, cosa que no me ha pasado nunca, y fue duro, muy duro, pero me di cuenta de que, ¡oye!, ¡pues se hacen otras cosas!, y bien, además...
REDTEATRAL: ¿Y qué hace una actriz cuando está en paro, aparte de buscar, acudir a audiciones...?
JULIA: Pues bueno, hacer “bolos” de conciertillos por aquí, o “bolos” de alguna interpretación esporádica... Yo me puse a dar clases de inglés, clases de alemán, clases de canto, y me di cuenta de que se me daba bien, y de que me gustaba, incluso estuve trabajando de azafata en Ifema un tiempo, durísimo, por cierto. Un sitio que no tiene nada que ver conmigo, donde yo llegué y no le dije a nadie lo que había hecho, y fue para mí... el atender al público... es que no tenía nada que ver con lo que había hecho. ¡Y me lo pasé bien! Era lo que tenía que hacer en ese momento, así que sin problema. Aparte, que si no te lo tomas así se convierte en un calvario, porque es durísimo: estás diez horas de pie, aguantando... Pero yo creo que si eres consciente de que estás allí y de que es lo que te toca hacer, lo pasas bien, y lo haces bien. Es importante darte cuenta de estas cosas también.
REDTEATRAL: (En esta ocasión, el halago raya en el peloteo) Es admirable; no muchas personas, en tu posición, habrían hecho eso, porque, seguro, considerarían, que se están rebajando.
JULIA: Hombre, si se pueden permitir el estar sin trabajar... ¡perfecto! Pero yo tengo que trabajar, porque tengo que comer, así que no hay problema alguno.
REDTEATRAL: ¿Qué opinas de la gente que se “endiosa” cuando sube a un escenario?
JULIA: (Con la voz callada) Bueno, yo creo que es inmadurez...
REDTEATRAL: ¿Hay muchos en este mundillo?
JULIA: Hay algunos... Por suerte, en “La bella y la bestia” no hay ninguno... y mira que podía haber... pero no, somos todos muy normales.
REDTEATRAL: ¿Y qué opinas de los grupos amateur?
JULIA: ¡Uy!, me parecen una idea excepcional. Ojalá hubiera habido más cuando yo era más joven, porque creo que se aprende muchísimo. Tanto si luego te dedicas al teatro o no, creo que enriquece muchísimo a las personas. Eso sí, hay muchos que hacen playback, y me parece bien, siempre y cuando se pida permiso y se diga de quién es el playback, aunque lo suyo es cantar en directo.
REDTEATRAL: ¿Algún mensaje para los grupos amateurs que hacen playback?
JULIA: (Elevando la voz) ¡Cantad en directo, por Dios! (risas) Si es que, en un musical, el cincuenta por ciento, o más, de la interpretación está en la canción, por lo que no queda auténtico, ni real, una canción interpretada en playback. Es como cuando vemos una película doblada: se pierden infinidad de registros del actor, que te da, en cambio, el actor que la dobla, pero no es lo mismo...
REDTEATRAL: Bueno, cantar bien es difícil. Tal vez los grupos amateurs no tengan la suficiente técnica para hacerlo tan bien como tú.
JULIA: Bueno, pero yo he tenido que aprender mucho, no soy una cantante de las que, a los diez años, ya te cantaba todo perfecto. Hay gente que nace cantando, pero yo no, yo lo he tenido que aprender. Hay que tener una serie de facultades, como el oído, el registro... pero eso se puede perfeccionar con la técnica.
REDTEATRAL: Me comentaba una amiga, al verte en directo, que, viéndote cantar, parece como si no te costara...
JULIA: Bueno, ahora ya me cuesta menos, pero todo son técnicas que se aprenden, con mucho trabajo y paciencia. Ya te digo que hay quien a los diez años ya canta perfectamente, pero para las que no hemos tenido esa suerte, existe la técnica.
REDTEATRAL: Y, ahora, después de toda esta experiencia, de la técnica aprendida, de los anécdotas vividas, de todos los vuelos de las emociones... ¿qué es lo que queda de aquella jovencita inocente que debutó en “The Rocky Horror Show”?
(La melodía de “un cambio en mí” se transforma, de repente, en “Time warp”. Julia estalla en caracajas)
JULIA: ¡Uhh! Dieciséis años hace de esto... ¡Anda que no ha pasado tiempo!
REDTEATRAL: Espero que, al menos, te quede la misma ilusión.
JULIA: La misma ilusión no: diferente. Esto es como el amor, lo mismo; al principio de la pareja estás como: (haciendo, cómicamente un gesto de enamorada irracional, mientras interpreta un grito histérico adolescente) “Aaaaahhhh”, y luego, a lo largo de los años, no estás tan histérico, pero sí que es un amor más seguro, más sincero, más estable... Pues es eso. Yo tengo una ilusión tremenda, pero no con la misma ingenuidad, pero es normal. Yo cuando hice “The Rocky Horror Show”, tenía dieciséis años, era lo primero que hacía, no tenía absolutamente ni idea de nada, y soñaba con estar en el escenario cantando yo una canción. Ya lo he hecho en varias ocasiones, entonces, ahora tengo otras aspiraciones, pero eso no le resta importancia a lo que estoy haciendo a día de hoy. Para mí, la ilusión, es poder seguir haciendo esto, seguir provocando algo a la gente, y... tengo mi lado ingenuo aún; se me ha perdido un poco, a raíz de la experiencia, pero la magia de la que hemos hablado antes, es importante seguir teniéndola.
REDTEATRAL: Hay que mirar siempre con ojos de niño, dejarse sorprender...
JULIA: Sí, por supuesto. Yo, en cuanto siento, en alguna época, que estoy perdiendo algo de magia o de ilusión, me busco algo nuevo que la mantenga y la haga salir a flote. Porque me hace falta, porque si no, es muy triste; no puedo salir al escenario pensando: “¡Buah!, esta es una función que... ¡bah!” El público lo nota, y tendríamos un problema muy grave si le diera igual, porque significaría que se conforman con cualquier cosa.
REDTEATRAL: (Aprovechando la circunstancia, carraspea un par de veces y se lanza a la auto-publicidad) Y, cambiando de tema totalmente, ¿has visto nuestro portal? ¿Qué te ha parecido?
JULIA: (Vuelve a reír. Sin duda, al menos se lo está pasando bien) A mí me ha gustado mucho el concepto porque veo que es muy profesional, y que está hecho por gente que no son sólo fans, que no suelen ser objetivos con lo que hay...
REDTEATRAL: Fans somos, que conste.
JULIA: Sí, pero creo que, al menos, tenéis una base de lo que es la cultura musical y teatral, y creo que sois bastante objetivos. Porque hay otras personas que están enamoradas de un actor/actriz o de un musical, y no son para nada objetivos con la información que dan. Entonces, me ha gustado mucho eso de vuestro portal. Y el diseño también me ha gustado mucho.
REDTEATRAL: Muchas gracias, así da gusto quedarse calvo con el estrés y demás... (señalando su cabeza y poniendo cara de preocupación)
(Julia ríe con complicidad)
REDTEATRAL: No sé cómo tomarme esa risa...
JULIA: (Siguiendo la broma) No, no... ¡has sido tú!
(Ríen los dos. La escena recupera la normalidad; la luz nocturna que les iluminaba se marcha, al llegar el día de los apliques blancos, y la música queda eclipsada por el ruido de la confitería, orfeón de voces dispuestas a todo por saborear el calor de un café. Tan sólo el fondo de la escena permanece iluminado por los pequeños brillos, ahora apenas perceptibles ante la claridad de la sala)
REDTEATRAL: Oye, y para acabar, una pregunta que tenía que salir y que, seguro, te han hecho millones de veces, ¿cuál ha sido tu mejor y tu peor momento sobre un escenario?
JULIA: Ayyyy... es que esas cosas... son muy difíciles de contestar... Yo creo que no existen “los mejores” o “los peores” momentos... (de repente, como si un recuerdo hermoso hubiera llegado a su mente, y a su corazón, reclamando lo que le corresponde) ¡Sí! (silencio) ¡Momento inolvidable! (Otro silencio) ¡“Mar y cielo”!, la noche... no recuerdo si fue la noche del estreno o la primera previa, pero después del dúo de “¿Por qué llorar?”, hubo un aplauso que no he tenido en mi vida, que no se ha vuelto a repetir, y que fue... aparte, porque yo no me lo esperaba, fue impresionante lo que sentí en ese momento, fue... ¡ufff!
REDTEATRAL: Bueno, ya que estamos... el peor momento. (Bromeando... ¿o no?...) El peor momento, además de la entrevista con redteatral, fue...
JULIA: (Risas) ¿El peor momento? (largo silencio) Uno que puedo rescatar, ahora mismo, fue en “La bella y la bestia”, la primera producción, hace ocho años, que salí, al principio, en la escena del pueblo, y cuando iba a empezar a cantar: “Este es mi pequeño pueblo...”, me quedé sin voz. O sea, no me salía nada, me quedé totalmente muda...
REDTEATRAL: ¿Y qué se hace en ese momento?
JULIA: Pues tuve que irme en mitad de la función, la única vez que me ha pasado. No te puedes imaginar el sentimiento de impotencia que te llena. Supongo que, si me pasara ahora mismo, tendría la experiencia y la técnica como para salir adelante, porque esas cosas se aprenden, pero aquello ocurrió hace años, y... me quedé ahí, sin saber qué hacer, y los nervios, además, me traicionaron.
(Podemos observar cómo Redteatral se encuentra bien, lejos quedaron los nervios e inseguridades iniciales. Julia, sonríe abiertamente, y charla, divertida, con su interlocutor)
REDTEATRAL: Pues... por mi parte, nada más. No sé si te habrá resultado demasiado duro...
JULIA: ¡Qué va!, pero si me ha encantado...
(Ambos se levantan de la mesa, se dirigen palabras de agradecimiento y, despacio, como si no existiera el tiempo para ellos, se dirigen hacia la barra, saliendo de escena. El salón queda vacío. Poco a poco, con la emoción de la lentitud, de manera imperceptible, se va escuchando una melodía que va creciendo en intensidad, al mismo tiempo que las luces realizan un comprensible fundido en negro. A medida que la luz va decayendo, se pueden apreciar los puntos brillantes del fondo de la escena, que van recobrando todo su protagonismo, brillando con el poder de la ingenuidad, hasta ser los únicos puntos de atención sobre el escenario. La melodía va in crescendo, y ya se puede apreciar que se trata de la versión instrumental de “¿Por qué llorar?”, que, de manera mágica, va conquistando las emociones del público. Uno de los puntos brillantes del fondo, aumenta su intensidad hasta hacer visible, en su interior, justo en el centro de su potente brillo, la cara de una niña ingenua, debutante en su primer show, e ignorante del éxito que le deparará el futuro. Sueña, sueña esta niña con encumbrar la magia a través del arte en el escenario, y ya se apaga ese punto brillante, hasta desaparecer. Al mismo tiempo, otro de ellos aumenta su intensidad, y nos muestra a una joven ilusionada, cubriendo el papel protagonista de un musical de éxito en su país natal. “¿Por qué llorar?” es ya un clamor, un eco fantástico que derriba las barreras de la cuarta pared con su intensidad y emoción, al punto que otro fulgor aumenta en el fondo de la escena, a medida que disminuye el anterior, hasta desaparecer. Ahora vemos a una joven que se queda sin voz, que se siente traicionada por sus propios nervios; es solo un instante, la magia se hace presente y borra los malos recuerdos trayendo, consigo, una voz que nunca sonó, y que pinta sonrisas, a medida que desciende, su brillo, en intensidad. Otro punto brillante capta nuestra atención y, en su interior, aparece la imagen de una mujer, reina de la ópera de París, y de los corazones más tristes, que aún la lloran en silencio. Vuelve a apagarse este brillo, dejando paso a uno nuevo que nos trae la figura aniñada de toda una estrella, que conquista la ciudad de los sueños a golpes de amor, a través de miseria y barricadas, llegando a encumbrar a la magia por encima de idiomas y fronteras. La melodía, ahora, firma el momento culminante, y acompaña, con cariño, el nuevo brillo que nos trae olas de mar y un vuelo eterno, reflejado en los ojos cristalinos de la primera actriz, que al fin ha roto sus cadenas y navega libre, como el pirata de Espronceda, por el mar de la ilusión, los sueños y la magia. Se apaga el fulgor, pero viene a nacer uno nuevo, en cuyo interior anidan unos ojos que, después de tanto brillo, aún mantienen la ingenuidad y el amor a la escena, dando la vida a través de un cuento que se hace real en su voz y sus gestos. “¿Por qué llorar?” termina con este último brillo que, ahora, se apaga, pero no lega su espacio al silencio, pues una atronadora ovación conquista la escena, tal vez rescatada de alguna noche de estreno o de alguna previa mágica que, cada noche, se repite siempre en el escenario del corazón. Y, a la vez, acompañando esta dulce ovación, el resto de puntos brillantes crecen en intensidad, antes de apagarse; ahora vemos que son cientos, miles de estrellas que encierran miradas ingenuas, gestos de sorpresa, corazones hechizados, alas que surgen para echar a volar, cadenas rotas, sueños claros, personas, en definitiva, público que ha sentido el cambio, la llamada de la magia, la ilusión provocada por aquella niña que soñaba con ser actriz, por aquella niña que siempre sintió que “hay una luz al final del túnel” y se empeñó en dar luz al resto. Ahí está su público, que acompaña la ovación desgarradora del éxito y la emoción incontenible, ahí están apagándose poco a poco en esta obra de un solo acto que, también termina, mientras baja el volumen de la ovación, regresando al corazón del que fue rescatada. Ya todo es oscuridad y silencio.
Entonces, como por arte de magia, un nuevo punto brillante, apenas imperceptible, viene a nacer al fondo de la escena, uniéndose a las miles de estrellas anteriores, ya desaparecidas de escena. Si alguien del público viniera hasta el escenario, si alguien se atreviera a subir y a fijarse en esta nueva y minúscula luz, probablemente pudiera ver el rostro de Redteatral, hechizado, como todos, ante el poder de la mágica Julia.)
TELÓN
Esteban García Valdivia
REDTEATRAL.net, 31 de marzo de 2008
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