Caso Jokin: Ya hay internamiento, ¿se queda tranquila la sociedad?

El suicidio de Jokin Ceberio alcanzó enorme relevancia pública y despertó la conciencia social sobre los casos de acoso en las escuelas. Pero en su día, cuando se conoció la sentencia inicial, ya expusimos la opinión de que esta cuestión nunca debía haber llegado a los tribunales de justicia.

Es absolutamente comprensible el dolor de los familiares de Jokin y humanamente aceptable su búsqueda de culpables a los que castigar por la pérdida irreparable de su hijo. Sin embargo, intentar imputar judicialmente a un grupo de amigos la responsabilidad absoluta de una muerte tan trágica no parece el método más adecuado para resolver un problema que debe reconducirse en su propio ámbito. El endurecimiento de las penas contra los menores acusados supone un paso más en el camino erróneo.

Pese a que la Audiencia Provincial añade la existencia de un delito contra la salud psíquica de Jokin, sigue sin haber pruebas de que la situación de acoso que sufría fuera la única razón que empujó al joven a quitarse la vida.

La responsabilidad que padres, profesores y círculo de amistades tienen en la educación de toda persona puede y debe ser compartida, pero nunca delegada, y mucho menos hacia una causa penal.

Los jóvenes acusados ya han sido condenados a un año de internamiento, pero ¿puede la sociedad tranquilizarse con ello? ¿Es ésta la solución para los casos de acoso entre escolares? ¿No estamos reduciendo el problema?


GARA, 19 de julio de 2005