Entrevista a Javi Sánchez

Nacido en Madrid, este joven cantautor se siente ciudadano del mundo. Aunque sea un tópico, desde muy pequeño, la música ha estado muy presente en su vida.

Con 10 años empezó a estudiar solfeo y guitarra, pero se aburría tanto que terminó por dejarlo... con una base musical más bien pobre, suple esta carencia con grandes dosis de creatividad y trabajo.

Ha vivido en Madrid, Barcelona, Sevilla y Zaragoza.

En 1990 empezaron sus actuaciones en público. Entonces se "enganchó" al contacto directo con la gente y ya no ha parado de recorrer todos los rincones de la geografía nacional.

Después de más de 12 años, sus canciones están llenas de frescura y sinceridad.

Hace tiempo que, en sus actuaciones, cambió la CALIDAD de estar acompañado en el escenario por buenos músicos por la CALIDEZ de su voz y su guitarra «Carmela», compañera inseparable y fiel.


Su deseo: compartir sus sentimientos e ideas.

Su mayor ilusión: sentir y comprobar que sus canciones encuentran eco en los que le escuchan. Por eso, no pone precio a sus actuaciones. No concibe la música como un negocio o un 'industria', lo suyo es, verdaderamente, amor al Arte.

Por otro lado, este desapego de lo material le hace sentirse libre para cantar y decir lo que quiera, sin sentirse obligado a agradar o desagradar a alguien.
Lo demás... depende de la sintonía que se logre en cada actuación.

Conseguir entrevistar a Javi Sanchez es tan fácil como llamarle por telefono y esperar a que cojan, el resto es coser y cantar. Además estará en el COR´S Festival 2005 dejando muestra de su buen hacer y de su sencillez. Aquí os lo presentamos en esta entrevista "exclusiva" para Gaztetxo.com


¿Cuándo comienzas a cantar? Haz un poco de historia

Desde que era un adolescente me encantaba coger la guitarra y componer canciones. Como suele pasar en estos casos, fue gracias a los Festivales de Canción Misionera en los que pude dar salida a lo que entonces era sólo una afición, y que llegó a convertirse para mí en toda una experiencia vital. Luego empecé a compartir mis canciones en encuentros misioneros y convivencias juveniles. En el año 1991, Luis Alfredo Díaz-Britos, al que había conocido en el Multifestival David, me invitó a realizar con él una gira por Catalunya, en la que fui adquiriendo "tablas" y dándome cuenta de que se podía evangelizar a través de la música. La verdad es que cada vez que tenía que cantar, me ponía tan nervioso que llegaba casi a enfermar, pero pronto me empezó a picar el gusanillo y comenzaron mis actuaciones en solitario. En algunas ocasiones, he tenido yo también la ocasión de "apadrinar" a otros artistas y eso me ha llenado de satisfacción.


¿Qué objetivos te planteas a la hora de ofrecer tu música a la gente que te escucha?

La verdad es que, después de 15 años en esta tarea, me he vuelto un poquito menos pretencioso en este sentido y me planteo pocos objetivos.

Obviamente, el primero es conectar con el auditorio. Hoy el tiempo es muy caro. Y ¿qué decir de la atención? Me sigue sorprendiendo que las personas que acuden a mis actuaciones me brinden ambos, su tiempo y su atención, cuando hoy hay tantos y tantos mensajes... Si se establece esa conexión, ya todo lo demás es muy fácil. Cuando estoy ante un público "de Iglesia", parto de la ventaja que me ofrece el que me conozcan y estoy más relajado. Pero si el auditorio es "no creyente" o claramente hostil, necesito más dosis de adrenalina para enganchar con ellos.

El objetivo primordial de mi música es animar en la fe a los primeros y evangelizar a los segundos. Este "evangelizar" incluye, para mí, muchos niveles. El más básico es hablar del amor de Dios a toda la humanidad y de la posibilidad que tenemos de responder generosamente a ese amor. El nivel más profundo, que no depende de mí, sino del mismo Dios, es llegar a mover los corazones para que esa llamada al amor tenga una respuesta positiva.


¿Qué requisitos creés que ha de tener un músico cristiano?

El primero, no sé si el más importante, es la humildad. No hay nada nuevo o inventado en nuestro discurso. No hay que olvidar que el protagonista absoluto es Dios y su mensaje. Hay que ponerse en clave de "instrumento" de Dios. Igual que yo utilizo mi guitarra para transmitir sentimientos, así me utiliza Dios para llegar a los demás.

También hay que tomarse en serio esta tarea de evangelizar desde la música. Evangelizar no es hablar o decir cualquier cosa. Evangelizar es, sobre todo, contar una experiencia de Dios. Si no se tiene esa experiencia, no se puede transmitir. Y esto, con la dificultad añadida de que hay que hacer inteligible algo tan personal e inefable. Por eso, hay que utilizar un lenguaje cuidado, pero que cualquier persona pueda entender.

Por otro lado, el músico cristiano ha de quitarse un cierto "complejo de inferioridad" al presentarse ante el público. Nuestro mensaje es tan válido como cualquiera, y no tenemos que pedir perdón por hablar en nuestros temas de Dios, del amor, de la solidaridad...


De todas las canciones que has compuesto, ¿cuál ha sido la que te toca más al corazón y por qué?

En mi caso hay dos. Cronológicamente, "Si no puedo ser fuego" (Abriendo caminos, 1993) es la que más me ayuda a crecer y a aceptarme como soy, con mis virtudes y defectos y a aceptar a los demás, también con los suyos. Esta canción me recuerda que debo seguir esforzándome cada día en ver en los demás el rostro del Señor.

La segunda es "Al amor más sincero" (Ojos que ven, 1996). En su sencillez, se encierra la riqueza que supuso para mí sentirme amado y escogido por Dios. En el fondo, me hace darme cuenta de que a menudo, mi respuesta a ese amor no es todo lo generosa que debiera. Cuando digo "le entregué mi vida entera", se trata, más bien, de un deseo o una intención; de algo hacia lo que tiende mi vida. El día que lo pueda decir a boca llena será el más felíz de mi vida.


Cuéntanos alguna anécdota que te haya pasado en todos estos años.

Anécdotas tengo muchas y me sería muy difícil escoger una. Las ha habido divertidas, increíbles, embarazosas, desagradables... Así que prefiero contaros algo grande que Dios hizo a través de mí (y, añadiría, casi a pesar de mí).

Como tantas veces, suena el teléfono y me piden que vaya a cantar a una ciudad. Dicha ciudad está lejísimos y las combinaciones son muy malas. Esto, unido a mi estado de ánimo, me hacen inventarme excusas para no acudir. Ante la insistencia del interlocutor, finalmente acepto, pero de muy mala gana. De hecho, me paso todo el viaje protestando interiormente y regañándome a mí mismo por no saber decir que no. Cuando, después de muchas peripecias llegué a mi destino, el cariño de la gente hizo que se me pasara el mal humor. Aún así, en algunos momentos de la actuación me asaltaba la idea del viaje de regreso y volvían a apoderarse de mí la desgana y la apatía.

Pasados unos días, recibí en mi domicilio una carta sin remite en la que una joven me daba las gracias por mis canciones y me decía que, de alguna manera, le había a ayudado a no suicidarse (¡!!!) Que mis canciones eran la respuesta a la petición que le había hecho a Dios de un signo para no quitarse la vida. Imaginad, Dios actuó aquel día a pesar de que el "instrumento" no estaba del todo afinado; a pesar de mi desgana.


¿Participas de la vida de la Iglesia en tu diócesis? ¿De qué forma?

Como sacerdote, la misión principal que me encomienda mi Diócesis es la de capellán sanitario. Desarrollo mi labor en el Hospital Clínico de Zaragoza desde hace cuatro años.

Como cantautor, tanto la diócesis como los distintos movimientos y grupos eclesiales cuentan conmigo para sus celebraciones, campañas, vigilias, etc... Este es otro regalo añadido a mi vocación: el de conocer tantos y tan variados movimientos eclesiales; la infinidad de carismas que se dan en esta Iglesia nuestra y que enriquecen su unidad desde un sano pluralismo. Además, al acercarme a ellos desde la música, me suelo encontrar con la parte más interesante de la Iglesia, esos (siempre pocos) jóvenes que con sus ganas quieren y pueden cambiar las cosas, con la libertad de los que no se sienten apegados a formas ni lenguajes anclados en el pasado.


¿Cómo ves a la Iglesia en estos momentos?

La percibo un poco "encogida", como con miedo. También noto que falta alegría. Parece que nos hemos olvidado de la "Gran Buena Noticia". Nuestra jerarquía está más pendiente de no perder puntos en la parcela de la moral y las costumbres que de luchar por que sea respetada la integridad de la persona y sus derechos.
Creo que hemos perdido en gran medida el carisma profético por miedo a meternos en camisas de once varas. Si lo recuperamos, la Iglesia seguirá siendo un referente válido para nuestro mundo, incluso desde un entorno laico y aconfesional como el que hoy vivimos. Si no es así, sólo será un mueble viejo, un cacharro inútil que no tendrá nada que decir al hombre y la mujer de hoy.


¿Crées que vamos en buen camino hacia la unidad de las iglesias cristianas?

No voy a negarle a Juan Pablo II el gran esfuerzo ecuménico que ha hecho, especialmente desde los famosos encuentros de Asís, pero la plena unidad de las Iglesias me parece inalcanzable hasta que no se viva la unidad real dentro de la propia iglesia católica.

Hoy, bastantes teólogos y pensadores católicos están siendo silenciados y severamente castigados por poner en tela de juicio afirmaciones y opiniones que se han formulado como dogmas de fe y en realidad no lo son. Hay, además, posturas eclesiales diametralmente opuestas e irreconciliables, pues responden a modelos también irreconciliables entre sí. No creo que sea el mejor ambiente para plantearse lograr la unidad con otras iglesias. A pesar de todo, yo también me sumo a ese deseo de unidad que responde al del propio Jesús: "Que todos sean uno".


¿Tienes alguna referencia dentro de la música cristiana? ¿Qué artista te gusta?

Al llevar tanto tiempo en este mundillo de la música cristiana, mis referentes son muchos. De los artistas nacionales, admiro y tengo buena amistad con Migueli. Me parece el mejor ejemplo de alguien que sabe conectar con cualquier persona, sin prejuicios y con alegría a raudales. Luis Guitarra me fascina en su facilidad para fotografiar las vidas de personas anónimas y hacerlas canción. Brotes de Olivo, Hermana Glenda, Luis Alfredo, me ayudan a rezar con sus canciones. Las voces de Almudena o de Amparo hacen vibrar de manera especial mi corazón...

El artista cristiano extranjero que más me gusta es el estadounidense John Michael Talbot, por la gran calidad de sus producciones y la profundidad de sus letras, unido a la atmósfera new age de sus canciones.


¿Consideras que la actual música católica responde a las exigencias de estos tiempos o por el contrario, crees que aún existen muchas cosas que decir y que aún no han sido cantadas?

En lo fundamental, creo que no hay que inventar la pólvora. El mensaje está claro. Lo que sí hace falta es mucha imaginación para seguir actualizándolo. En cuanto a los temas sobre los que se canta, creo que adolecemos de profundidad en las letras y en la manera de plantearlos. Con respecto al estilo, sí que percibo un esfuerzo serio por huir de los estereotipos eclesiales y llegar a un nivel de calidad semejante al de músicos no cristianos.


¿Cuál es tu próximo proyecto?

Sé que siempre digo lo mismo. Ya nadie, a estas alturas, me va a creer cuando hable del próximo disco. Tras un silencio de ocho años, sigo luchando con la pereza para sacar adelante este proyecto. Reconozco que no le dedico el tiempo suficiente a componer y eso se nota mucho. He hecho el buen propósito de que sea este 2005 el que vea la luz el disco. Espero cumplir la promesa.


¿Quieres añadir algo más?

Quiero enviar un abrazo muy cariñoso a todos los que me han acompañado en estos quince años; a las personas de las que he aprendido y a todos los que participen en CoR´s Festival 2005. También, de manera muy especial, a todos los músicos y técnicos que me han acompañado en mis grabaciones y conciertos, con una mención muy especial a la buena gente de Assisi Producciones.


Preguntas cortas…

Un sueño: Que la Iglesia recupere su sencillez y pobreza y renuncie al poder.
Un libro: El regreso del hijo pródigo.
Una comida: Tortilla de patatas (con cebolla, please).
Una película: Las sandalias del pescador.
Un disco: Cualquiera de Pablo Milanés.
Una canción: "La vida no vale nada" (Pablo Milanés).
Un ídolo: Martin Luther King.
Un hobby: Internet y jugar con mi perro Nero.
Una web: www.assisiproducciones.com 
Un recuerdo: La primera vez que canté en público y me di cuenta de que no lo hacía demasiado mal.
Una virtud: La paciencia.
Una mania: La puntualidad.
Un defecto: Mi mala memoria, mi timidez y, sobre todo, mi egoísmo.
Una ciudad: Asís.
Un deseo por cumplir: Tantos... De momento, sacar adelante mi próximo disco.

Visita su web: www.portalatino.com/javisanchez
Mp3 y más info: pinchando aqui

Entrevista realizada por Diego Ayerra [diego@gaztetxo.com] para Gaztetxo.com