Demanda al profesor y a la escuela por ponerle deberes para vacaciones.

Peer Larson y se volvió tan popular entre sus compañeros de clase en la Whitnall High School que algunos hasta llevan puestas camisetas con su fotografía. En la escuela están furiosos, y acusan al demandante y a su padre de frívolos.


La mayor de las fantasías infantiles, hecha realidad: un alumno llevó a su profesor de matemáticas a la corte para que el hombre deje de ponerle tantos deberes. En el último ejemplo de lo que para los críticos es una “cultura de la compensación” totalmente fuera de control en Estados Unidos, Larson dice que el exceso de cálculos matemáticos terminó arruinándole las vacaciones.

El adolescente de 17 años de Greenfield, Wisconsin, está demandando tanto a su profesor de cálculos matemáticos, Aaron Bieniek, como a su escuela. “Se supone que cuando alguien está de vacaciones no tiene que hacer tarea”, dijo. “Debería ser el momento en que yo hago lo que quiero sin que la escuela me esté persiguiendo cuando ya terminó el año escolar”.

La preocupación que le generaban tres proyectos matemáticos complicados que le daban vueltas en la cabeza le impidió disfrutar de un empleo de 40 horas por semana que había conseguido como consejero en un campamento de vacaciones el año pasado. “No había mucha gente que se ponga contenta con estas cosas. A nadie le gusta hacer tarea, especialmente durante el verano”, dijo.

La demanda legal apunta a circunscribir la tarea para el hogar a los 180 días que conforman el año escolar y terminó convirtiendo a Larson y a su padre, Bruce, en una dupla famosa en su ciudad natal. “Algunos de sus compañeros de aula bajaron su foto de Internet y la estamparon en camisetas que hoy llevan a la escuela”, dijo Bruce Larson.

Sin embargo, las autoridades de la junta escolar de la escuela Whitnall están furiosas por tener que dedicar tiempo y recursos a defender una demanda legal “frívola” y quieren que a los Larson se los aperciba o se los multe.

En una respuesta por escrito a la demanda presentada en la corte del condado de Milwaukee, la fiscal general de Wisconsin Peggy Lautenschlager le dijo a los jueces que el estado “no tiene ninguna autoridad para implementar alguna política concerniente a las tareas escolares” y les recordó, incluso, que tenía el poder de abolir las vacaciones de verano y, si así lo decidiera, dictaminar que se den clases ininterrumpidamente durante todo el año.

Bruce Larson dijo que no creía que ningún juez lo reprendiera por iniciar una acción legal que considera apropiada, aunque 16 estudios legales se hayan negado a representar a su hijo.

“Recorrí todos los canales pertinentes para preguntarle al distrito y al estado en qué parte de la ley dice que pueden dar tarea fuera del año escolar”, dijo. “Recién iniciamos la acción legal cuando no obtuvimos ninguna respuesta. Quiero que esto sea una experiencia constructiva, no una confrontación destructiva”.

Los expertos legales dicen que el caso es una muestra de la creciente “cultura de la compensación” en Estados Unidos y de una cantidad cada vez mayor de demandas legales superficiales que se vienen presentando contra las escuelas en los últimos años.

“Yo ya me cansé de contar las causas en las que una escuela es demandada cada vez que alguna chica no entra en el equipo de porristas”, dijo Walter Olson, un investigador del Manhattan Institute y editor del sitio web overlawyered.com.

“Los acuerdos entre 100.000 dólares y un millón de dólares son cosa frecuente”, dijo. “La mayoría de las escuelas están cubiertas por daños físicos, como por ejemplo si un chico se lastima en el campo de deportes, pero los seguros prácticamente no existen en los casos de acoso verbal, donde las indemnizaciones son potencialmente elevadas y las juntas escolares terminan atrapadas”.

Sin embargo, el sistema está devolviendo el embate. En Nueva York, en el mes de enero un ex profesor disconforme que presentó 18 demandas legales contra la junta escolar de la ciudad desde 1987, pidiendo un resarcimiento de varios millones de dólares en concepto de daños y perjuicios, tuvo que pagar 3.000 dólares de multa y, además, se le impidió iniciar cualquier acción futura.

Peter Malley, 68, se ganó el apodo de Sr. Litigio después de que lo despidieron de una escuela secundaria de la ciudad por “insubordinación e incompetencia”. 


Richard Luscombe
The Observer, 8 de febrero de 2005