«El diálogo debe sustituir a la violencia, el pueblo vasco ya ha sufrido bastante»

El cardenal Roger Etchegaray, estrecho colaborador del Papa Juan Pablo II, visita, como cada verano, su localidad natal de Ezpeleta. Allí ha concedido una extensa entrevista, publicada por "Le Journal du Pays Basque-Euskal Herriko Kazeta", en la que, tras afirmar que «el País Vasco ya ha sufrido bastante», apela a los representantes políticos a «actuar con lucidez y coraje». Aboga Etchegaray por el diálogo y la defensa de los derechos humanos como instrumentos para superar el conflicto que soporta Euskal Herria. ­ Cada año usted regresa a Ezpeleta durante una semana. ¿Busca la tranquilidad que falta en el Vaticano? Cada año paso una semana cerca de los míos. Pero pronto llegará la hora de jubilarse, exactamente dentro de un mes. Y con ello espero poder pasar temporadas más largas en mi país, el País Vasco. Cuanto mayor se es, más se siente la necesidad del reencuentro. Es como un peregrinaje a las fuentes de la vida, de la juventud. Cada año vuelvo al pueblo y me reencuentro con mis amigos que, desgraciadamente, cada vez son menos por causa de la edad. Cada año visito un lugar en el que no había estado desde mi infancia. Así, esta vez me he dado una vuelta por Ahetze, de donde era originaria mi madre. Prefiero la montaña al mar. Antes practicaba mucho el montañismo y la escalada, tanto en los Pirineos como en los Alpes. Pero, naturalmente, las montañas más bellas se encuentran en el País Vasco. ­Comenzó sus estudios en el seminario de Ustaritze. Ahora, es uno de los hombres más próximos al Papa. Los últimos quince años los he pasado viajando. Cada año completo varias veces la vuelta al mundo. Siento en mí el espíritu de un aventurero, de un corsario vasco. Ganas de viajar, de conocer el mundo, pero también la necesidad de sentir la tierra firme del país natal. Cada vez que hay un "punto caliente" en el mundo, yo voy en nombre del Papa. He recorrido, entre otros, China o todos los países de Africa. ­Este mismo año usted ha estado en lugares como México o Palestina. A principios de año fui a México y me reuní con los pueblos indígenas. Estuve en Chiapas, en San Cristóbal de Las Casas, donde pude conocer sobre el terreno las dificultades y la realidad cotidiana de los indios mexicanos. El mismo Papa pronunció un importante discurso para pedir el respeto hacia su cultura e identidad. Los pueblos indígenas son pueblos "completos", que tienen su historia, sus tradiciones y sus derechos. Como vasco, siempre he sido muy sensible a todos los pueblos del mundo a los que no se respeta ni se reconoce su identidad. ­Respecto a Palestina, ¿cuál es la solución a esta guerra cada vez más violenta? No habrá solución mientras los dos pueblos sigan enfrentados. Estoy convencido de que los dos aspiran profundamente a la paz. Tienen que alcanzar una convivencia juntos, pero para ello es indispensable que se instaure el diálogo basado en la seguridad, la justicia y el respeto al otro. La Intifada ha degradado las relaciones entre los dos pueblos y la actitud de los israelíes no arregla nada. ­Aunque con una intensidad diferente, en Euskal Herria persiste un conflicto que se perpetúa y que de momento no encuentra una salida. Estoy muy arraigado a mi tierra y sigo habitualmente la actualidad del País Vasco. Continúo siendo totalmente solidario con la tierra de la cual soy hijo. Sufro con los hechos que perturban la vida de este pueblo que es el mío. El diálogo debe sustituir a la violencia. El pueblo vasco ya ha sufrido suficientemente una situación que exige a los políticos mucha lucidez y coraje. ­Los obispos y 350 curas de Euskal Herria han pedido que se instaure el diálogo y solicitan una vía de negociación. En los diferentes conflictos de los que he podido ser testigo, jamás he jugado un papel mediador. La tarea de la Iglesia consiste en alertar, despertar y educar las conciencias para ayudar a los seres humanos a establecer una sociedad de justicia y de paz. Pienso que la Iglesia vasca actúa en ese sentido. Siempre seré un defensor de los Derechos Humanos y un promotor del diálogo. Roger ETCHEGARAY. Cardenal de la Iglesia católica. N.B. Información extraída del diario GARA. 25 de agosto de 2002.