Paulina Rubio - «Yo soy activa y soy guerrera»

A sus 31 años, tiene un toque meloso en su estar y en su hablar, y una actitud en ocasiones desganada y otras algo a la defensiva. Asegura ser «a veces dulce, a veces seria, a veces explosiva». Le gusta el cine, comprar discos y hacer picnic. Dice tener buen paladar, manejar bien sus fobias -arañas, reptiles, ventanas cerradas- y estar convencida de que todo lo cura el mar. ¿Qué espera de su último disco, Border girl, cantado casi todo en inglés? - Conectar con gente como yo. Seguir comunicándome con toda una generación que ha crecido conmigo. Su álbum Paulina vendió 2,5 millones de copias. ¿Está que se sale? - La felicidad no es la cantidad de discos que uno venda. Es una satisfacción muy linda saber que hay gente que piensa y que siente el amor igual que tú. Dice que su vida está representada por instrumentos: la guitarra es su infancia; el violín, su abuela. ¿El trombón? - El trombón sería mi padre, obviamente. ¿Y el piano? - El piano sería yo misma. La carátula del nuevo disco dice que ofrece un «sensual trabajo vocal»: déme datos de cómo se hace eso. - Será como Paulina cantando, ¿no? [ríe] ¿Qué tiene usted de químico detrás de tanto físico? - Exactamente la deducción [sic] química no la sé, pero me imagino que soy amor y soy sentimiento. Jennifer López, considerada la latina más sexy del mundo. ¿Tanta contorsión y tanto ojo caído para que le quiten el podio? - Yo nunca me he sentido desplazada por alguien. La prensa te pone en competencia con otras artistas para vender más revistas o para ver qué cara pones. ¿Y usted qué cara pone? - Yo digo que todo está bien. Ocho años de novia de Ricardo Bofill. ¿Cómo ha sobrevivido? - ¿Yo? ¿A qué te refieres con sobrevivir? No puedo contestar una pregunta que realmente no tiene ningún sentido para mí. He leído que sueña que la rapta un príncipe. ¿Se parece a Felipe de Borbón, a Alberto de Mónaco, a Carlos de Gales? - Se parecería a Lenny Kravitz. Pero yo no estoy esperando que alguien venga, porque ese alguien ya está en mi corazón. ¿Consideraba necesario aclarar que ser feminista no significa desechar la minifalda o ser aburrida? - Nunca me he autodenominado feminista. Compartí la forma de pensar de Virginia Wolf, por nombrar a una mujer interesante. Pero soy una chica que puede hacer cualquier deporte como cualquier chico, o estudiar cualquier profesión. He leído que se enfrasca en Nietzsche, Kafka y Freud. ¿Cómo le aprovechan? - Yo no me enfrasco. Leo algunas cosas en general. Me gusta la filosofía. Saco de ellos diferentes cosas, porque son filósofos de diferentes épocas. Lo que uno aprende cuando estudia a los grandes pensadores es que las ideas que uno tiene ya las tuvo alguien más. Porque las suyas coinciden con las de los citados. - Bueno, muchas veces. ¿Tienen razón quienes la ven un poco pija? - Me da igual lo que opine la gente de mí. Me tiene sin cuidado. La OMS dice que en el mundo se producen diez millones de coitos al día. ¿Con cuántos contribuye? - No lo sé [ríe]. Nunca los he contado. ¿Se pasan quienes la llaman la Madonna latina? - No lo sé. Me da igual. ¿Qué le aporta el yoga? - Es fantástico. Me ayuda a equilibrarme entre mi mente y mi cuerpo, y a combatir el estrés. Me siento muy bien con el deporte y con las artes marciales: tai-chi, kung-fu, taekwondo. ¿Necesita las artes marciales, tal y como está el mundo? - Tal y como está el mundo, uno necesita meditar. ¿Qué elementos componen el producto Paulina? - Paulina es un ser humano, no un producto. Y Paulina es energía. Yo soy activa. Y soy guerrera. ¿Se hará con Estados Unidos? - Yo estoy muy contenta con el resultado de las primeras semanas. Siempre tengo fe en que todo va a estar bien en la vida. Soy muy positiva. ¿Qué la hace explotar? - Un concierto. ¿Qué le da miedo? - Yo no tengo miedo a nada, sinceramente. El temor que en algún momento he sentido ha sido imaginarme el día que muera y deje de ver a la gente que quiero. ¿Alguna vez se siente sola? - Sí, muchas veces, y me gusta. Es algo que busco cuando no lo tengo, y cuando lo tengo lo disfruto. Yo necesito la soledad. ¿Cómo se imagina dentro de veinte o treinta años? - Rodeada de gente que me quiere. Porque yo soy muy de mimar a los que amo, y quiero recibir lo mismo. EL PAÍS, 21 de julio de 2002.